Más de 28 millones de estadounidenses ya vacunados completamente contra el coronavirus tendrán que seguir esperando directrices de las autoridades federales de salud sobre lo que sí pueden hacer y lo que no.
El gobierno del presidente Joe Biden dijo el viernes que está enfocado en recabar las recomendaciones correctas e incluir los datos científicos que están surgiendo, pero las demoras se suman a la incertidumbre con respecto al fin de la pandemia conforme crece el hartazgo de la nación por el virus.
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“Estos son asuntos complejos y los datos científicos evolucionan rápidamente”, dijo el viernes la doctora Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). “Nos estamos asegurando y tomando el tiempo para tener esto correcto y pronto daremos a conocer las directrices”.
Ese tipo de orientación daría respuesta a un alud de preguntas de personas que han sido vacunadas completamente contra el COVID-19: ¿Aún tengo que usar una mascarilla? ¿Ya puedo ir a un bar? ¿Finalmente ya puedo ver a mis nietos?
Esa necesidad ha crecido lentamente desde enero, cuando los primeros estadounidenses comenzaron a completar las series de dos dosis de vacunas contra el COVID-19 que estaban disponibles en ese momento. Ahora, más de la mitad de las personas de 65 años o más han recibido al menos una inyección, según Andy Slavitt, alto asesor del gobierno para la pandemia.
En el estado de Washington, Raúl Espinoza Gomez tiene 22 nietos y bisnietos, y una cita el sábado para su segunda dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Para Pascua, el sistema inmunológico del hombre de 77 años estará listo para protegerlo del virus. Pero la forma en que la familia lo celebre dependerá de las recomendaciones del gobierno, dijo Melissa Espinoza, de 47 años, de Carnation, Washington, que planea llevar a Espinoza Gomez, su suegro, a recibir su segunda dosis.
“No nos reunimos como familia grande en Navidad”, señaló. “Nos apegamos a lo que recomiendan las directrices estatales y federales. Hemos tenido familiares afectados adversamente por el COVID. Sabemos que los riesgos son serios”.
Preocupado por las cifras persistentemente elevadas de casos y fallecimientos, el gobierno de Biden ha condenado las medidas para relajar las restricciones de los estados contra el coronavirus y le suplicó al público que tenga paciencia durante varios meses más.
Dicha cautela ha atraído críticas, en las que se hacen notar las propias advertencias del gobierno de que la “fatiga está ganando” como evidencia de que necesita ser más optimista acerca del camino por recorrer para asegurar la cooperación de los que faltan por vacunar.
“Creo que va a ser demasiado prohibitivo y conservador y ése es el mensaje equivocado”, declaró Scott Gottlieb, excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), a la CNBC el miércoles con respecto a las próximas directrices de los CDC.
“Si seguimos siendo muy prohibitivos y no le damos a la gente una visión realista de cómo se verá un mejor futuro, van a comenzar a ignorar las directrices de salud pública”.
El doctor Jeremy Faust, médico de emergencias del hospital Brigham and Women’s en la División de Políticas de Salud y Salud Pública, alentó a los CDC a que sean más claros acerca de cuándo y cómo planean difundir las directrices para los que ya se vacunaron.
“Tomar la decisión de apegarse a la ciencia también es tomar la decisión de que vas a tener que tomar una decisión, lo cual es realmente difícil cuando los datos científicos no han sido determinados del todo”, le dijo a la AP. “Están bebiendo de una manguera de bomberos científica, y en ocasiones la cosa se pone confusa”.
Más de 55.5 millones de estadounidenses han recibido al menos una dosis de alguna vacuna contra el COVID-19, y ligeramente más de la mitad de ellos — 28.7 millones — ya recibieron las dos dosis recomendadas.