Una emergencia hídrica en Capri, una de las islas más populares de Italia, obligó el sábado a detener la llegada de turistas, en una crisis que ha privado a algunas zonas de todo suministro de agua.
Sin suministro de agua es imposible garantizar servicios esenciales a “miles de personas” que viajan diariamente a la isla durante la temporada turística, afirmó el alcalde Paolo Falco. “La situación de salud e higiene es explosiva, hemos tomado medidas, activamos la unidad de crisis y emitimos una orden restrictiva”, decía la orden del alcalde.
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La emergencia fue causada por una falla en el sistema de agua en el territorio continental que proporciona suministros vitales a la isla mundialmente conocida.
Hasta el momento la mayor parte de la isla todavía tiene agua, pero algunas zonas aisladas del municipio superior de Anacapri ya están secas. Únicamente los embalses locales abastecen la red, que, a falta de suministro desde el continente, corre el riesgo de agotarse.
Mientras tanto, se espera que lleguen tanques a la isla para apoyar los servicios esenciales, en espera de que se restablezca el suministro total.
La orden del alcalde fue notificada poco después de las 9 de la mañana, provocando el cese inmediato de la venta de boletos para los barcos.
Esto ha generado largas filas de pasajeros en las taquillas de los puertos de la ciudad sureña de Nápoles, el punto de partida de la mayoría de los ferris a Capri.
Las embarcaciones que ya habían partido hacia Capri fueron contactadas por radio por las autoridades marítimas, que ordenaron su regreso al puerto y el desembarco de los pasajeros.
