LIMA, Perú — El principal sospechoso de la desaparición en 2005 de la estudiante estadounidense Natalee Holloway fue entregado a la custodia de Estados Unidos y partió de Perú en un vuelo a Estados Unidos este jueves, aproximadamente un mes después de que ambos países acordaron su extradición.
Joran van der Sloot es buscado en EEUU por un cargo de extorsión y fraude electrónico, los únicos cargos que alguna vez vincularon al ciudadano holandés con la desaparición de Holloway en la isla caribeña de Aruba.
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Su extradición avanzó luego de que un juez peruano afirmara el martes la decisión del gobierno de transferir temporalmente la custodia a las autoridades estadounidenses.
Los videos y las fotos publicados por las autoridades peruanas el jueves lo muestran vistiendo jeans y una chaqueta negra, sacudiendo los hombros y haciendo muecas mientras los oficiales ajustan sus esposas y se quitan un chaleco con la marca de Interpol. Los videos y las imágenes también muestran a van der Sloot en una sala de conferencias con agentes de la ley de Perú, el FBI y la Interpol, y un profesional de la salud.
Van der Sloot cumple una condena de 28 años tras confesar el asesinato de una mujer peruana. Durante el fin de semana, las autoridades lo trasladaron de una prisión de máxima seguridad en los Andes al centro de detención en Lima.
No estaba claro de inmediato cuándo haría su primera aparición en la corte en EEUU. El Departamento de Justicia de EEUU.se negó a comentar.
Holloway, que vivía en los suburbios de Birmingham, Alabama, tenía 18 años cuando desapareció durante un viaje con compañeros de clase a Aruba. Fue vista por última vez saliendo de un bar con van der Sloot, quien era estudiante en una escuela internacional en la isla.
Van der Sloot fue identificado como sospechoso y detenido semanas después, junto con dos hermanos surinameses. El cuerpo de Holloway nunca fue encontrado y no se presentaron cargos en el caso. Más tarde, un juez declaró muerta a Holloway.
Los cargos federales presentados en Alabama contra van der Sloot se derivan de una acusación de que intentó extorsionar a la familia Holloway en 2010, prometiéndoles llevarlos hasta su cuerpo a cambio de cientos de miles de dólares. Un gran jurado lo acusó ese año de un cargo de fraude electrónico y extorsión.
La misteriosa desaparición de Holloway provocó años de cobertura de noticias e innumerables podcasts sobre crímenes reales.
Van der Sloot en 2012 se declaró culpable en Perú de matar a Stephany Flores, de 21 años, estudiante de negocios de una prominente familia peruana. Fue asesinada en 2010 cinco años después de la desaparición de Holloway.
Un tratado de 2001 entre Perú y EEUU permite que un sospechoso sea extraditado temporalmente para ser juzgado en el otro país. El abogado de Van der Sloot, Máximo Altez, inicialmente indicó que su cliente no impugnaría su extradición, pero eso cambió el lunes cuando presentó un recurso de hábeas corpus. Un juez falló en contra de van der Sloot al día siguiente.
El tiempo que van der Sloot termine pasando en EEUU “se extenderá hasta la conclusión del proceso penal”, incluido el proceso de apelación, si lo hubiere, según una resolución publicada en el registro federal de Perú. La resolución también establece que las autoridades estadounidenses acuerdan devolver a van der Sloot a la custodia de Perú posteriormente.
Van der Sloot se casó con una mujer peruana en julio de 2014 en una ceremonia en una prisión de máxima seguridad. Fue trasladado entre prisiones peruanas en respuesta a informes de que disfrutaba de privilegios como televisión, acceso a internet y un teléfono celular, y acusaciones de que había amenazado con matar a un alcaide.
Joyce Vance, fiscal federal en Alabama cuando se acusó a van der Sloot, dijo que su llegada al estado del sur de EEUU es una oportunidad largamente esperada para que se haga justicia.
“Siempre decimos que la justicia retrasada es justicia denegada, y hay cierta verdad en eso”, dijo Vance, exfiscal federal del distrito norte de Alabama, que incluye a Birmingham. “Pero este caso me hace pensar que a veces la justicia demorada realmente vale la pena. No es óptimo. No es lo que nadie hubiera querido al principio, pero la justicia retrasada es mejor que la justicia nunca entregada”.
