MÉXICO - Miles de mujeres gritaban pidiendo que las agresiones se detuvieran, pero las encapuchadas no hicieron caso y atacaron con saña a las policías.
Lucero Velasco estaba detrás de uno de esos escudos y cascos.
"En medio de la conmoción nos empezaron jalar los escudos, a empujar, y de repente sentí algo en la cara, un dolor", relata Velasco.
La policía quedó herida con quemaduras de segundo grado, que le dejarán huellas permanentes en el rostro.
"Yo las entiendo, sé que están luchando por algo, yo también soy mujer, estoy con ellas pero sí quisiera que ellas se dieran cuanta que nosotras también sentimos, somos madres, hijas, estamos trabajando para llevar un sustento a casa", dice.
Berenice Fregoso llevará en el cuerpo cicatrices similares, luego de que al estar realizado su trabajo como periodista gráfica de un diario nacional, fue alcanzada por el fuego de una bomba molotov.
Por lo menos una decena de policías resultaron lesionadas y un número similar de periodistas y civiles, pero hasta el momento no hay ninguna persona detenida por estos hechos.
La Físcalia capitalina informó que buscan a la agresora que fue captada cuando aventó el explosivo, pero en los casos de las demás mujeres violentadas por otras mujeres, no tienen nada.
Alfredo Nateras es especialista en movimientos juveniles y dice que estos grupos ya perdieron sus objetivos y límites, así que por igual atacan a quienes representan al poder que a quienes va pacíficamente a protestar incluso llevando a sus hijos.
"Esa es la ceguera radical e ideológica", dice Nateras. "Consideran que la violencia es una vía para responder a la violencia de Estado, esa es su lógica".
Ante ello, las muestras de rechazo han llenado las redes sociales, donde los mexicanos piden paz y castigo para quienes convierten las marchas pacíficas en verdaderos infiernos.