MÉXICO - En medio de la lluvia de detonaciones, los militares avanzaron hacia la camioneta donde venían los supuestos delincuentes: uno de sus tripulantes aún se movía, gritó un uniformado, y enseguida recibió la orden.
"¡Está vivo, está vivo, mátalo, mátalo, a la v…!".
La supuesta ejecución se registró la madrugada del 3 de julio, los miembros del batallón de Nuevo Laredo, Tamaulipas, aseguran que los atacaron desde tres camionetas y que persiguieron a una de ellas mientras le disparaban.
Al final sacaron a los presuntos agresores del camino; algunos trataron de escapar pero los abatieron: en total 12 hombres resultaron muertos, entre ellos tres jóvenes que llevaban las manos atadas porque iban secuestrados.
“Pues un vacío en el corazón porque veníamos de Chiapas a un mejor futuro y no pensé esta cosa", relata Raúl Tercero, padre de uno de los civiles que murieron en esas acciones.
El joven tenía más de una semana que había desparecido y el padre se enteró de la tragedia cuando la gente veía el video de la balacera.
"Me arrimé con ellos lo miré, le dije 'a ver dale tantito' y vi que mi hijo ahí estaba en todo el montón", relata Tercero.
Las familias de las víctimas levantaron una denuncia pidiendo justicia.
Al ser consultados sobre este tema, los representantes de la secretaría de la Defensa Nacional indicaron que existe un procedimiento en estos casos, los cuales se indagan y, si se comprueba un delito, no hay impunidad para nadie.
"Porque nosotros no vamos a permitir esas prácticas", afirmó este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mandatario ordenó una investigación, al igual que los activistas en Tamaulipas, que aseguran que estos casos no paran.
"Nuestras fuerzas armadas no pueden actuar como delincuentes", subraya Raymundo Ramos, de la Comisión de Derechos Humanos en Nuevo Laredo.
Y exhortaron a los buenos elementos a denunciar estas malas prácticas.