CIUDAD DE MÉXICO - “Estamos tirados en el suelo en la iglesia de Santa María Magdalena porque están los balazos allá afuera": a mitad de la misa, no hubo otra opción para los fieles católicos más ocultarse y rezar.
Afuera de la iglesia, el estruendo de los disparos parecía interminable
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Las calles de Magdalena de Kino, una ciudad en el norte de Sonora, a 55 millas de la frontera con Estados Unidos, fueron el escenario de varios enfrentamientos entre grupos armados que sembraron el terror entre los pobladores a lo largo de este fin de semana.
Tania trabaja en una gasolinera donde quedaron las huellas del caos y cuenta que pasaron momentos de mucha angustia en medio del fuego cruzado.
"Nos tiramos al piso, le recé a todos los santos del mundo, pensé en mis hijos, mi mamá mi familia. Yo pensé que ahí íbamos a quedar", cuenta Tania.
Este lunes, las cosas no regresaron a la normalidad. La mayoría de los negocios permanecen cerrados y las actividades al aire libre se pospusieron.
Las consecuencias de estas balaceras llegaron hasta la Jornada Nacional de Vacunación y es que, por seguridad, las autoridades de Salud decidieron cancelar la aplicación de dosis contra el COVID-19 en la región.
Ante los hechos, la secretaría de Seguridad Pública informó que un sicario perdió la vida y diez más resultaron detenidos.
En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que los operativos de la Guardia Nacional continuarán en la zona; sin embargo, insistió en que los homicidios en la entidad van a la baja.
"En Sonora es menor el número de homicidios, pero son de los estados donde estamos atendiendo más", dijo.
Mientras Magdalena de Kino poco a poco se llena de uniformados, los sonorenses solo esperan que el ruido de la violencia se calle y los deje vivir tranquilos.