PUEBLA - Javier, el esposo de Alejandra, trabajó muy duro en 2020 desde Nueva York para seguir mandando dinero a México pese a la crisis sanitaria y económica. Él es uno de muchos que catapultaron este año las remesas que llegaron al país latinoamericano y son sustento para millones de personas.
"Mí esposo es ingeniero industrial, pero se tuvo que ir a Estados Unidos para buscar recursos extra cuando nació mi bebé, debido a que los gastos aumentaron y fue víctima de la falta de oportunidad laboral del país", contó este viernes Alejandra Ramírez.
En 2020, en un mundo sometido por la pandemia de coronavirus, Javier tuvo que esforzarse más que nunca para seguir enviando dólares a México.
Fue el más difícil de los cuatro años que lleva en Estados Unidos encadenando múltiples trabajos, afirmó la esposa.
Los primeros meses de la pandemia todo marchaba bien. Su pareja le mandaba entre $300 y $400 para sus gastos mensuales, que se ganaba de camarero en un restaurante. Sin embargo, cuando se recrudecieron los cierres de comercios, Javier se quedó sin trabajo y ahora se dedica a la construcción, un trabajo todavía más inestable.
"Ahora bajó un poco el presupuesto, me manda entre $200 y $300, 100 menos de lo normal. Yo puse un negocio de venta de ropa, calzado y artículos de belleza para ayudarlo y hacer que los estragos sean menores. Debido a que él tiene muchos gastos allá referentes a alimentación y renta", explicó la mujer.
"BOOM" DE REMESAS
México recibió $40,606.7 millones de sus ciudadanos residentes en el extranjero en 2020, un aumento del 11.4% respecto a los $36,438 millones de 2019 que lleva al país a registrar un nuevo máximo histórico pese a la pandemia del coronavirus, según informó el pasado martes el Banco de México.
La remesa promedio individual fue de $340, ligeramente superior a los $326 del mismo lapso de 2019, y el número de operaciones pasó de 111.74 a 119.43 millones, la mayoría de ellas transferencias electrónicas.
Este dato récord se venía pronosticando desde hacía meses, pero no dejó de sorprender porque el pasado año, con el inicio de la pandemia de coronavirus, millones de personas perdieron su empleo en México, en Estados Unidos y en el mundo.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha agradecido en varias ocasiones a los 38 millones de mexicanos que hay en Estados Unidos, a los que califica de "héroes", al estimar que sus remesas benefician a cerca de 10 millones de familias pobres.
Las remesas tienen un enorme significado para estas familias pero también en general, pues son la segunda fuente de divisas de México, después de las exportaciones automotrices.
DIFICULTADES FAMILIARES
Ricardo Díaz admira el esfuerzo que realiza su hermana Sharon para apoyar a su padre y a un hijo que dejó en su municipio del estado de Puebla, en el centro de México, hace más de diez años.
Fue entonces cuando ella comenzó su travesía para lograr el sueño americano en la ciudad de Phoenix, capital de Arizona.
En los meses pasados, Díaz compartió que han vivido momentos de angustia debido a que su hermana se contagió del coronavirus SARS-CoV-2 y tuvo una trombosis, momento en el cual no pudieron apoyarla ni económicamente ni acompañándola durante el tratamiento.
"Fue una impotencia no poder ayudarla, debido a la lejanía que existe, ya que lo que podíamos mandarle de dinero era insuficiente para apoyarla porque los servicios de salud son muy caros allá", apuntó.
La hermana enviaba habitualmente unos $200 a su padres, y entre $300 y $400 a su hijo.
Sin embargo, a raíz del cierre de hoteles y a la falta de llamados de casas particulares para realizar la limpieza, además de su propia enfermedad, la hermana solo puede enviar hoy aproximadamente la mitad de ese dinero.
Según datos del reporte de Ingresos por Remesas por Entidad Federativa elaborado por el Banco de México (Banxico), el estado mexicano de Puebla recibió durante 2020, $1,873 millones por concepto de remesas, lo que representa un incremento 5% en comparación con 2019 donde se captaron $1,782.1 millones.
Con estos envíos, las remesas ayudaron a subsistir a millones de mexicanos tras el aumento del desempleo hasta el 3.8% en 2020 y los cerca de 3 millones de personas que ya no forman parte de la población económicamente activa. Es decir, que abandonaron por completo el mercado laboral.