MÉXICO - Elia Monroy, su esposo y sus amigos ya son conocidos en el mercado más grande de frutas y verduras de la capital mexicana.
"Y ya tenemos la lista hecha, ya se sacaron las cantidades y la cotización".
Los profesionistas que hasta hace unos días trabajaban enseñando artes, recorren mínimo tres veces a la semana los pasillos de la Central de Abasto escogiendo la mercancía, porque ante la pandemia de COVID-19 tuvieron que encontrar una nueva forma de mantenerse y ayudar a los demás.
"Hay gente recluida que no puede salir porque son vulnerables y gente que lo está pasando muy mal, porque no está teniendo los recursos debido a esta cuarentena", dice Monroy.
Con esa idea, ellos crearon un proyecto llamado huerto móvil “Do Tribu”, a través del cual la gente hace sus pedidos por teléfono o internet, pero además ofrecen la opción de que los clientes puedan regalar a alguien necesitado productos y también alimentos que ya no usen en casa.
"Al final del día lo que nos preocupa es que no puede haber un niño, un papá soltero, un adulto mayor que no tenga salud, bienestar y pues un alimento en la mesa", detalla Leopoldo Calvillo, quien apoya el proyecto.
Luego de las compras toda la mercancia es minuciosamente desinfectada, se empaca en bolsas y se le da el toque final: un mensaje escrito por la pequeña Marián, quien con letras de colores busca alegrar a la gente.
"En estos tiempos es importante la esperanza", asegura Marián Lugo.
Y es entonces cuando los buenos deseos recorren las calles.
La labor y trabajo de estos emprendedores termina justo en el momento en que tocan el timbre de cada casa y entregan los pedidos, porque con ello evitan que muchas familias salgan a la calle y corran riesgos.
Pro además también ayudan entregándole los donativos a quienes menos tienen y exhortado a los mexicanos a que sean solidarios en estos tiempos donde todos necesitamos una mano.
