ARIZONA- Dos galones de agua y un pago de 7,000 dólares al coyote no fueron suficientes para evitar una tragedia en el desierto de Arizona.
Carlos y Edgar de 23 y 37 años salieron de su natal Oaxaca la última semana de mayo con el objetivo de llegar a Estados Unidos. Sin embargo, a principios de junio el pollero que los llevaba llamó a sus familiares para avisarles que algo había salido mal.
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Así fue como una familia en Oaxaca, México comenzó el inicio de una pesadilla al enterarse que habían perdido a sus seres queridos. El mismo traficante contó que uno de ellos ya no pudo seguir y el otro decidió quedarse a su lado.
En entrevista con Telemundo Facundo Mendoza, padre de Carlos y Edgar recuerda con el dolor por dentro el momento en que la avisaron que sus hijos murieron.
“Me dio la mala noticia que mi hijo Carlos se había deshidratado se descompuso de su estómago que ya no pudo seguir, y que mi hijo Edgar le dijo que no lo iba a dejar hasta el último día”.
“Murieron abrazaditos, hay fotografías que antes de despegarlos tomaron”.
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Ambos fueron abandonados en una zona conocida como “la brecha del narco” en Yuma, pero fue hasta dos meses después, el 7 de agosto cuando la familia se enteró de que los hallaron muertos.
Carlos y Edgar fueron identificados por que llevaban sus licencias de conducir y desde entonces permanecen en un forense en Arizona.
Las autoridades mexicanas realizan los trámites para repatriar los cuerpos de los hermanos, pero su padre ruega por que le otorguen una visa humanitaria para poder ir a traerlos.
En tanto sus familiares y amigos ya los esperan en Tuxtepec para despedirlos juntos, como compartieron un sueño y sus últimos momentos.