Delaware.- El presidente electo Joe Biden defendió el martes su decisión de no parar "inmediatamente" todas las restricciones al asilo creadas por el mandatario Donald Trump, porque eso generaría un repunte enorme en la migración de indocumentados hacia su país.
En una rueda de prensa, Biden respondió a una pregunta sobre la entrevista exclusiva de Efe con los que serán los asesores de política nacional y seguridad nacional del presidente electo cuando llegue a la Casa Blanca en enero, Susan Rice y Jake Sullivan, respectivamente.
"Lo último que necesitamos es decir que vamos a parar inmediatamente el (sistema de) acceso al asilo tal y como se ejecuta ahora, y después acabar con 2 millones de personas en la frontera", dijo Biden a los periodistas en Wilmington (Delaware), donde vive.
El presidente electo calculó que tardará unos "seis meses" en restablecer del todo el sistema para solicitar asilo en la frontera con México, después de su llegada al poder el próximo 20 de enero.
El paquete de estímulo
Biden también mencionó el paquete de estímulo, aprobado el lunes en la noche por el Congreso y que ahora espera la firma de Trump, por valor de $900,000 millones, para paliar el deterioro de la economía causado por la pandemia.
Como ha dicho en ocasiones anteriores, el demócrata afirmó que "esta ley es solo un primer paso".
La Casa Blanca
"A comienzos del próximo años presentaré al Congreso mi plan para lo siguiente (el siguiente paso)", adelantó el mandatario electo, que recordó que la distribución de las vacunas va a costar miles de millones de dólares. Dijo que su plan exigirá más pagos directos a los estadounidenses, pero se negó a especificar qué tan grandes serían, y lo calificó como un asunto de negociación.
Además, "debemos hacernos cargo de esas personas que sin tener culpa están desempleadas", avisó.
La pandemia
Además Biden expresó el martes su empatía con las familias en apuros y aplaudió al Congreso por aprobar el alivio del coronavirus mientras la nación se enfrenta a un aumento de COVID-19 que está ensombreciendo las vacaciones de Navidad.
Biden advirtió de que los días más oscuros de la pandemia "están por llegar" en el país, y que el inicio de la campaña de vacunación no impedirá que mueran todavía "decenas de miles" de personas más debido al COVID-9.
"Nuestros días más oscuros en la batalla contra la covid están por llegar, no los hemos dejado atrás. Por muy frustrante que sea escucharlo, vamos a necesitar paciencia, persistencia y determinación para derrotar a este virus", dijo Biden en una rueda de prensa en Wilmington (Delaware).
En ese sentido, el que fuera vicepresidente de Barack Obama (2009-2017) advirtió: "Los expertos dicen que las cosas van a ir a peor antes de mejorar".
Llamó a los trabajadores de primera línea, científicos, investigadores, participantes de ensayos clínicos y aquellos con familiares lejos durante la temporada navideña. “Nuestros corazones están siempre contigo, mantén la fe”, dijo.
Al señalar las formas en que la pandemia ha alterado sus propias celebraciones navideñas, que generalmente incluyen hasta dos docenas de familiares, Biden dijo que "no este año".
"Esta temporada de reflexión tiene un significado mucho más profundo de lo que suele tener", dijo Biden, alentando a los estadounidenses a seguir tomando precauciones para tratar de detener la propagación del virus, que ahora ha matado a más de 321,000 personas en Estados Unidos. "Jill y yo enviamos nuestras oraciones, como estoy seguro de que todos ustedes lo hacen, a todos los que se enfrentan a este oscuro invierno".
La vacuna
Tres días antes de Navidad, cuando los estadounidenses se preparan para unas fiestas atípicas en pleno repunte de casos y muertes por COVID-19, Biden aseguró que tiene una "confianza absoluta en la vacuna, pero los suministros son pocos".
"Vamos a perder decenas de miles de vidas en los próximos meses y la vacuna no va a poder parar eso -indicó-. Necesitamos que todo el mundo lleve mascarilla, practique la distancia social y evite las congregaciones grandes, especialmente en interiores".
Biden se mostró, por otro lado, cauto sobre la cepa del virus, más contagiosa, originada en el Reino Unido.
"Estamos estudiando si requerir o no tests antes de que (la gente) se suba al avión y cuarentena al llegar (a Estados Unidos), ese es mi instinto pero estoy esperando la recomendación de mi equipo", aseguró.
El martes, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, elegido por Biden como su futuro asesor médico jefe, consideró que se debe asumir que la nueva cepa más contagiosa del coronavirus está en Estados Unidos, ya que no sería una sorpresa que con la expansión que ha tenido en el Reino Unido haya superado sus fronteras.
Estados Unidos es el país del mundo más afectado por el COVID-19 con más de 18 millones de casos y más de 321,000 fallecidos, según los datos independientes de la Universidad Johns Hopkins.
Esta semana el país comenzó a administrar la vacuna de la biotecnológica Moderna, la segunda en recibir la aprobación de emergencia en el país, tras el suero de Pfizer, que los profesionales sanitarios estadounidenses empezaron a recibir la semana pasada.
Biden se vacunó con la desarrollada por Pfizer el lunes ante las cámaras de televisión en un intento de disipar las dudas entre los estadounidenses sobre la seguridad de la inmunización.
"Como todos los compromisos, esto está lejos de ser perfecto", dijo Biden. “El Congreso hizo su trabajo esta semana, y puedo y debo pedirles que lo hagan de nuevo el próximo año”.