En una nueva actualización en la investigación de la muerte de una migrante de 8 años que murió mientras estaba retenida por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, investigadores de la CBP revelaron que el personal médico no documentó información mientras cuidaban a la niña.
Anadith Tanay Reyes Álvarez, de padres hondureños, nació en Panamá con una cardiopatía congénita. En una entrevista el 19 de mayo con The Associated Press, su madre, Mabel Álvarez Benedicks, dijo que hace tres años operaron a la niña con éxito.
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Un día antes de morir, la menor presentó fiebre de 40.5 grados Celsius (104.9 Fahrenheit), según el informe.
Según el comunicado, publicado el jueves, ni el personal médico ni el personal de CBP sabían que la niña tenía anemia o otros problemas de salud.
"La revisión de la OPR hasta la fecha ha determinado que ninguno de los miembros del personal médico contratado por la CBP o del personal de la Patrulla Fronteriza de EEUU en la estación de Harlingen que interactuó con la niña, o con su madre, reconoció ser consciente de que padecía anemia falciforme o tenía antecedentes de cardiopatía congénita," decía el comunicado.
"El personal médico contratado no documentó numerosos encuentros médicos, intervenciones antipiréticas de emergencia y administraciones de medicamentos," continuó el comunicado.
Según CBP, el sistema de grabación de circuito cerrado de televisión en la estación de Harlingen no funcionaba durante el tiempo que estuvo bajo custodia y sólo se documentaron tres encuentros médicos.
Una revisión de los registros de CBP reveló que el sistema de cámaras en la estación de Harlingen fue marcado para reparación/reemplazo el 13 de abril pero la interrupción no fue reportada a la OPR de CBP como se requiere.
La capacidad de grabación se restableció en la estación de Harlingen el 23 de mayo.
Tras la muerte de la niña, su madre dijo que los agentes ignoraron repetidamente las súplicas de hospitalizar a su hija médicamente frágil.
Entre el momento en que la familia llegó a la estación de Harlingen en la noche del 14 de mayo y las primeras horas de la mañana del 17 de mayo, el personal médico contratado por la CBP informó haber tenido aproximadamente nueve encuentros con la niña y su madre, quienes se quejaban de fiebre, síntomas similares a los de la gripe y dolor.
Según informes, durante ese día, la niña dejó de responder y el personal médico solicitó servicios médicos de emergencia e inició la reanimación cardiopulmonar con la ayuda de un desfibrilador externo automático, que no recomendó ninguna desfibrilación.
La niña y su madre fueron trasladadas por separado al Valley Baptist Medical Center de Harlingen, donde murió la niña.