SAN DIEGO — El fuerte desplome del número de cruces ilegales en las fronteras estadounidenses registrado desde diciembre podría estar mitigando los ataques de los republicanos contra el presidente Joe Biden, en momentos en que el mandatario demócrata se esfuerza por reformar un sistema de asilo inoperante que le ha atormentado a él y a sus predecesores.
Una nueva encuesta de The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research indica que los votantes norteamericanos apoyan la idea de reducir la cantidad de inmigrantes y solicitantes de asilo que pueden ingresar al país.
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LOS VOTANTES ESTADOUNIDENSES APOYAN LA IDEA DE REDUCIR LA CANTIDAD DE MIGRANTES Y SOLICITANTES DE ASILO QUE PUEDEN INGRESAR
Aproximadamente 4 de cada 10 adultos estadounidenses dicen que el nivel de inmigración y solicitantes de asilo debería reducirse, mientras que aproximadamente 2 de cada 10 dicen que debería aumentar. Alrededor de un tercio quiere que las cifras se mantengan igual.
Entre los republicanos, alrededor de dos tercios dicen que debería haber menos inmigrantes y solicitantes de asilo, mientras que solo 1 de cada 10 dice que debería haber más.
Los demócratas se muestran divididos: alrededor de una cuarta parte cree que debería aumentar la cantidad de inmigrantes, una cuarta parte dice que debería disminuir y alrededor de 4 de cada 10 dicen que debería permanecer igual.
En específico, apoyan un poco más a los solicitantes de asilo, con un 37% a favor de un aumento, un 26% a favor de una disminución y un 36% diciendo que el número debería permanecer igual.
La disminución en los cruces fronterizos siguió al anuncio de Biden a principios de enero de que México aceptaría a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos bajo una regla de la era de la pandemia que niega a los migrantes el derecho a buscar asilo como parte de la lucha para prevenir la propagación del COVID-19.
Al mismo tiempo, Washington acordó admitir hasta 30,000 personas de esas cuatro nacionalidades en libertad condicional humanitaria por mes si hacen sus trámites en línea, ingresan a través de un aeropuerto y encuentran a alguien que los patrocine financieramente.
El gobierno de Biden también propuso negar el asilo en general a cualquier persona que viaje a través de otro país en su camino a Estados Unidos sin haber buscado protección allí primero, algo que se aplica de hecho a todos los no mexicanos que se presenten en la frontera sur de Estados Unidos.
Las nuevas reglas presentadas por el gobierno de Biden podrían ayudar al presidente a atajar las críticas que sostienen que él no ha hecho lo suficiente para abordar los problemas de seguridad fronteriza.
Las medidas, sin embargo, también han alimentado la molestia entre algunos de sus aliados demócratas, a quienes les preocupa que esté promoviendo una política de la era de Donald Trump que tachan de antiinmigrante y que perjudica a personas vulnerables que intentan escapar de las condiciones peligrosas en sus países de origen.
También es poco probable que los nuevos cambios —y la subsiguiente disminución de los cruces fronterizos ilegales— detengan el aluvión de ataques de los conservadores que ven la seguridad fronteriza como un arma política poderosa.
Biden ha estado a la defensiva cuando los republicanos y los medios de comunicación de derecha lo han criticado por el aumento vertiginoso de los encuentros con inmigrantes en la frontera.
El nuevo liderazgo republicano de la Cámara de Representantes ha celebrado audiencias sobre lo que llaman la “crisis fronteriza de Biden” y habló de buscar un juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
Los agentes estadounidenses interceptaron migrantes más de 2.5 millones de veces en la frontera con México en 2022, incluidas más de 250,000 en diciembre, la máxima cifra registrada.
Según un funcionario norteamericano que no estaba autorizado a informar del asunto públicamente y que habló bajo condición de no ser identificado, los agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a los migrantes unas 130,000 veces en febrero, una cifra similar a la de enero.
Según la ley estadounidense, no hay un límite máximo de solicitantes de asilo, algo que se había dejado de lado hasta hace una década.
Desde 2017, Estados Unidos ha sido el destino más buscado por los solicitantes de asilo, según datos de la ONU. Incluso aquellos que pierden en los tribunales pueden permanecer durante años en suelo estadounidense mientras sus casos se acumulan en un sistema atascado.
Omar Reffell, un votante independiente de 38 años y residente en Houston, dijo que apoya la inmigración, pero que una cobertura noticiosa de “caravanas de personas que intentan cruzar la frontera” envía un mensaje equivocado a los migrantes.
“La gente cree que simplemente se pueden presentar en la frontera y cruzar, sin ninguna repercusión”, afirmó Reffell.
“No estoy en contra de la inmigración. Creo que la inmigración es buena para el país, pero tiene que ocurrir de una manera muy ordenada o de otra manera estará poniendo mucho estrés, especialmente en los estados fronterizos que pueden proporcionar recursos”.
Más de 100.000 migrantes fueron liberados cada mes en ciudades fronterizas de Estados Unidos a fines del año pasado con órdenes de comparecer ante los tribunales de inmigración o presentarse ante las autoridades de migración.
Dan Restrepo, uno de los principales asesores de la Casa Blanca sobre América Latina durante la presidencia de Barack Obama, cree que los votantes estadounidenses aceptarán altos niveles de inmigración, siempre y cuando se pueda seguir un proceso sistemático.
El desafío en el manejo de la migración “es la sensación de caos y desorden que pueden crear las imágenes de centros de procesamiento abrumados y cosas similares en la frontera física”, declaró. Lo que molesta a los votantes “son menos los números y más las imágenes”.
Los republicanos presentan la expansión de la libertad condicional humanitaria de Biden para los migrantes de cuatro nacionalidades como una estratagema política para desviar la atención de la frontera y es probable que no dejen de criticar al presidente sobre la inmigración.
La Federation of American Immigration Reform (Federación Estadounidense para la Reforma de la Inmigración, un grupo antiinmigrante), calificó la caída de enero en los números fronterizos como “un juego de ¿Dónde está la bolita?” para impulsar las perspectivas de reelección de Biden.
Fox News Channel ha golpeado fuerte con esa historia durante el último año. El reportero Bill Melugin dijo en un especial de “Battle for the Border” (“Batalla por la frontera”) el 3 de noviembre que él había pasado más de 200 días en la frontera de Texas con México.
“Hemos estado grabando videos todo el día”, dijo Melugin en un informe típico desde la ciudad de Eagle Pass, en Texas. “Seguimos recibiendo estos grupos masivos de 150 a 200 personas que cruzan todos los días”.
Las cámaras de visión nocturna de la red montadas en drones han mostrado imágenes de cientos de migrantes cruzando la frontera, cada uno apareciendo como un palo blanco luminoso que avanza lentamente a través de una pantalla oscura.
La encuesta encontró que el 39% de los adultos estadounidenses aprueba la forma en que Biden maneja el tema de la inmigración y que el 38% aprueba la forma en que maneja la seguridad fronteriza, cifras ligeramente por debajo de sus índices generales de aprobación.
Aproximadamente dos tercios de los demócratas dicen aprobar la forma en que ha manejado cualquiera de los dos temas, lo que contrasta con apenas uno de cada 10 republicanos.
La encuesta se realizó del 16 al 20 de febrero, justo antes de que el gobierno federal propusiera el 21 de febrero que, en general, se debe negar el asilo a los migrantes que pasan por otro país sin solicitar protección allí primero, si ese país se considera seguro.
La administración de Biden está buscando que la nueva regla entre en vigencia antes de que, como se espera, los límites de asilo relacionados con la pandemia finalicen el 11 de mayo, aunque las impugnaciones legales parecen inminentes.
Becky Steelsmith, una votante independiente de 70 años de edad y residente de Zachary, Luisiana, se resiste a culpar a Biden porque las soluciones también eludieron a sus predecesores, pero admite que la forma en que lucen las cosas no es excelente.
“La única razón por la que no estoy de acuerdo con la gestión de Biden es que creo que es un poco blando”, afirmó Steelsmith, una profesora jubilada. “No digo que sea culpa suya lo que está ocurriendo. Lo que digo es que, como presidente, tiene que sentarse y centrarse de verdad y proponer algún tipo de solución, o el principio de una solución”.