Cae el telón sobre el otrora emblemático servicio de Netflix de envío de DVD por correo, un cuarto de siglo después de que dos emprendedores de Silicon Valley debutaron con un concepto que eventualmente significó la muerte del videoclub y un trampolín hacia el streaming que ha transformado el mundo del espectáculo.
El servicio de DVD, que ha sido desplazado por el streaming, llegará a su fin después de los envíos del viernes desde los últimos cinco centros de distribución de Netflix en California, Texas, Georgia y Nueva Jersey.
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Los menos de 1 millón de destinatarios que aún suscriben al servicio podrán quedarse con los últimos DVD que lleguen a sus buzones.
Algunos de estos suscriptores acérrimos recibirán hasta 10 DVD como regalo de despedida de un servicio que llegó a tener 16 millones de suscriptores. Pero en 2011, Netflix tomó la decisión crítica de separar el negocio de los DVD de un servicio de streaming que cuenta ahora con 238 millones de suscriptores en el mundo — 42.5 millones en Latinoamérica — y tuvo ingresos de $31,500 millones en un año.
En cambio, el servicio de DVD recaudó apenas $146 millones el año pasado. Su cierre era inevitable en un contexto de competencia creciente en el sector de streaming que obliga a Netflix a reducir costos para aumentar sus ganancias.
“Es muy agridulce”, dijo Marc Randolph, el CEO de Netflix cuando la compañía envió su primer DVD, “Beetlejuice”, en abril de 1998. “Sabíamos que llegaría este día, pero el milagro es que no llegó hace 15 años”.
Randolph, que no participa de las operaciones cotidianas de Netflix desde hace 20 años, tuvo la idea del servicio de DVD por correo en 1997 con su amigo y colega Reed Hastings. Este lo sucedió como CEO y permaneció en el puesto hasta su renuncia hace unos meses.