WASHINGTON DC - La crisis por los opioides sigue destruyendo a las familias de nuestras comunidades, y de acuerdo a la Asociación Nacional Latina de Salud Mental y Adicción, 192 estadounidenses mueren cada día de una sobredosis de opioides.
Ese es el temor de una madre de Manassas Park, Virginia, que habló en exclusiva con Telemundo 44 sobre cómo la adicción ha acabado con la vida de su hijo menor de edad y le implora un cambio a funcionarios del estado.
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Jasmine Ocon es madre de tres hijos, y dijo que su segundo, un joven de 17 años, ha estado perdido en el mundo de las drogas y los opioides.
“Él pasó como más de 20 días durmiendo en las calles debajo de un puente”, dijo Ocon antes de romper en llanto. “Digamos como un mendigo eso fue tan, pero tan duro para mí, haberlo encontrado en esas circunstancias. Todo sucio, con una ropa, sin saber que estaba debajo de un puente”.
Su hijo empezó a experimentar con la marihuana a sus 13 años de edad.
“Empezó primero usando cigarros electrónicos, entonces yo revisaba sus cosas porque yo sentía como un mal olor diferente en su ropa. Trataba de hablar con él, de que me dijera quien le daba, como hacía. Siempre se negaba”, sostuvo la madre.
Así empezó la pesadilla de esta madre quien no se detuvo ahí.
EEUU
“Yo le busqué ayuda con terapias, psicólogos, porque él decía que sufría de depresión”, afirmó Ocon. “Yo fui tres veces a la juvenil y la respuesta de ellos es que como ellos no han hecho un delito grave, que solo son cigarros… no pueden hacer nada”.
Tras un último incidente, ella encontró a su hijo detrás de una gasolinera en su comunidad. Él fue arrestado por posesión de drogas ilegales.
En ese momento, Ocon vivió en carne propia los efectos del fentanilo y teme lo peor.
“Él decía que le dolía su cuerpo, que tenía frío. Le habían dado quizás como unas ocho cobijas y él sentía frío decía. Y gritaba, desesperado, un movimiento raro hasta con sus ojos”, relató. “¿A qué punto vamos a llegar? Se han visto muchos muchos casos de que hay niños de hasta qué matan a alguien, la policía actúa y ahí dicen, ‘A no, lo vamos a acusar como un adulto’”.
Ocon pide a los funcionarios que hagan un cambio y creen programas para que otras personas en la situación de su hijo puedan recibir ayuda antes de que cometan un delito más serio.