NUEVA YORK -- Un proyecto de ley en Nueva York busca proteger a los niños de las compañías de comida chatarra que promueven anuncios de publicidad falsas o engañosos sobre este tipo de comida.
La ley propone combatir la industria de alimentos que gasta miles de millones en publicidad de comida poco saludable que va dirigida principalmente para menores.
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Esta legislación, presentada por el senador Zellnor Myrie y conocida como Ley de Prevención de la Comercialización Depredadora, S.213 / A.4424, (PMPA, por sus siglas en inglés), fue aprobada por el Senado estatal el martes y señala que este tipo de publicidad genera problemas de salud y una esperanza de vida más corta al llevar a las personas, principalmente los menores, al comer este tipo de alimentos.
Ahora, el senador Zellnor Myrie pide a la Asamblea que la apruebe para que la gobernadora Kathy Hochul la firme y se haga ley.
“Nueva York nunca ha dudado en restringir la publicidad de productos engañosos o falsos, especialmente cuando se trata de productos dañinos o poco saludables que se comercializan específicamente para niños”, dijo el senador Myrie este año. “La comida chatarra no es diferente. Las campañas publicitarias no lo mencionan, pero estos alimentos contribuyen a las disparidades de salud de por vida en comunidades como la mía".
La PMPA ampliará la definición de publicidad "falsa y engañosa", que ya es ilegal según la ley estatal, para incluir anuncios de alimentos poco saludables dirigidos específicamente a los niños. "Las grandes corporaciones que venden alimentos poco saludables descubrieron hace mucho tiempo las formas más efectivas de dirigir sus mensajes directamente a los niños", concluyó el senador Myrie.
En el proyecto de ley se lee que la legislatura determina que los niños se pueden engañar y manipular con este mercadeo para que adquieran hábitos de por vida y por eso, la publicidad desleal y engañosa debe regularse en consecuencia.
Según Myrie, casi un tercio de los niños de Nueva York sufren de obesidad o tienen sobrepeso, lo que provoca disparidades en la salud y una esperanza de vida más corta. Estos problemas son más pronunciados en las comunidades de color.
Las empresas de alimentos poco saludables invierten miles de millones en investigación y marketing, y dirigen la publicidad de sus productos a los jóvenes.
Las investigaciones muestran que los niños son especialmente susceptibles a las tácticas de marketing porque todavía están formando sus preferencias y hábitos personales, es menos probable que practiquen la moderación y pueden convertirse fácilmente en adictos a la satisfacción inmediata de comer alimentos poco saludables.
Para que un proyecto de ley se vuelva ley tiene que ser aprobado por el Senado y la Asamblea estatal para que luego lo firme la gobernadora.