Desde que la Reserva Federal se reunió por última vez en julio, la economía ha estado yendo por la dirección que sus funcionarios deseaban: La inflación ha estado cediendo —si bien no tanto como desean muchos estadounidenses— el crecimiento económico va por buen camino y el mercado laboral está enfriándose.
Cuando se reúnan de nuevo esta semana, lo más probable es que los funcionarios decidan que pueden esperar a ver si la tendencia de mantiene. Por lo tanto, es casi seguro que no modifiquen la tasa de interés referencial cuando concluya el encuentro el miércoles.
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La disminución de la inflación sugiere que el banco central estadounidense está llegando a la cúspide de la serie de aumentos de tasas que desató en marzo del año pasado. La institución ha aumentado las tasas a su ritmo más rápido en cuatro décadas, lo que ha encarecido el crédito para negocios y particulares.
Para los inversionistas y analistas, la interrogante es qué viene ahora. Algunas pistas podrían darse en las proyecciones sobre tasas que el banco difunde cada trimestre y en una conferencia de prensa con el presidente de la institución, Jerome Powell.
Es probable que siga sobre la mesa otro aumento de tipos este año, y que la Fed pronostique menos reducciones de las tasas el próximo año de lo que preveía en junio. Ello subrayará el empeño del banco de mantener las tasas elevadas hasta bien entrado el próximo año a fin de llevar la inflación a su meta de 2%.
La persistencia de las presiones inflacionarias se hizo evidente en dos reportes del gobierno emitidos la semana pasada, lo que añade algo de incertidumbre a las proyecciones. Claudia Sahm, execonomista del banco, dijo creer que un “aterrizaje suave” —en que se logra domar la inflación si causar una recesión— sigue siendo posible. Pero al mismo tiempo advirtió que la inflación podría seguir siendo más alta de lo que calcula el banco. O, sugirió, el efecto acumulado de los 11 aumentos de las tasas de interés podría empujar la economía hacia una recesión.
“Estamos en un punto en que la situación podría ir en varias direcciones”, destacó Sahm. Los funcionarios de la Reserva Federal “reaccionarán según las circunstancias lo ameriten”.