Los republicanos no tienen una idea clara de quién será el nuevo presidente de la Cámara de Representantes federal, lo que deja un vacío de poder sin precedentes en el Congreso y limita severamente la capacidad de Estados Unidos para responder rápidamente a la crisis en Israel, y a un sinnúmero de otros problemas en el país y el extranjero.
El lunes, el expresidente destituido, Kevin McCarthy, rápidamente intentó ocupar ese vacío, al criticar duramente al gobierno del presidente Joe Biden con relación a la firmeza de su defensa de Israel y posicionándose como el líder republicano de facto a pesar de que sus colegas lo echaron del puesto.
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Pero no está del todo claro si McCarthy realmente podría efectuar una reaparición, o si alguno de los otros republicanos que aspiran a presidir ese recinto legislativo, Steve Scalise o Jim Jordan, puede ser elegido presidente en un momento en que la mayoría está sumida en disputas internas. Los republicanos de la Cámara de Representantes tenían programado reunirse a puerta cerrada el lunes por la noche para intentar recuperar el control de su mayoría antes de posibles votaciones esta semana para elegir a un presidente.
“Sea presidente de la cámara o no... puedo ser líder en cualquier posición en la que me encuentre”, declaró McCarthy en el Capitolio.
MAL MOMENTO PARA UNA CÁMARA BAJA PARALIZADA
La turbulencia en la Cámara de Representantes pone al Congreso federal en una encrucijada durante una época de crisis, la primera vez en la historia que ha destituido a uno de sus presidentes, y está operando sin un funcionario constitucional, segundo en línea a la presidencia. Los asuntos de la cámara baja, y con ello la mayor parte de las acciones legislativas, se han paralizado.
No está claro qué, si es que algo, puede hacer el Congreso con sólo un presidente interino. Se encuentran en riesgo el envío de ayuda inmediata a Israel, así como la aprobación de una resolución que muestre el apoyo de Estados Unidos hacia Israel y condene a Hamas por el ataque mientras la región se encuentra ahora sumida en la guerra.
Y el Congreso enfrenta otras exigencias más amplias, incluidas las solicitudes de Ucrania para que se le envíe ayuda para su lucha contra Rusia y la necesidad de financiar de nuevo al gobierno estadounidense a más tardar el 17 de noviembre, o de lo contrario arriesgarse a un cierre gubernamental. Mientras tanto, el Senado se encuentra en receso hasta la semana próxima.
“¿Alguien tiene los votos? No”, dijo el representante Mike Lawler, un republicano centrista que presiona para que McCarthy sea restituido como presidente.
En su reunión del lunes por la noche, los republicanos evaluarán el rumbo a seguir, luego de la histórica destitución de McCarthy a manos de un puñado de republicanos de línea dura, encabezados por el representante Matt Gaetz.
Gaetz ha dicho en redes sociales que hay “dos grandes hombres” que aspiran a ser presidentes de la cámara baja, en un indicio de que podría respaldar a Scalise o a Jordan.
Pero ni Scalise, el segundo republicano de mayor rango en la Cámara de Representantes, ni Jordan, que se desempeña como presidente de la Comisión Asuntos Jurídicos y está respaldado por el expresidente Donald Trump, parecen tener los votos necesarios para asegurar el voto mayoritario.
Mientras tanto, el representante republicano Patrick McHenry ha sido nombrado presidente pro tempore, un cargo creado tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 para garantizar la continuidad del gobierno en Washington.
Las reglas en torno al cargo de presidente pro tempore no se han probado antes, aunque parecen indicar que el principal mandato del cargo es garantizar la elección de un nuevo presidente.