Estados Unidos importa aproximadamente el 60% de su fruta fresca y el 40% de sus verduras frescas.
Y entre los países de origen de esos productos, México es el mayor contribuyente, lo que significa que los consumidores estadounidenses podrían ver precios más altos para una variedad de productos comestibles y agrícolas si el presidente electo Donald Trump cumple con su última amenaza de imponer un arancel del 25% a todos los artículos que ingresen a través de la frontera sur.
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Según datos de la Universidad de California en Davis, México es el principal proveedor extranjero de tomates, aguacates, frambuesas, pimientos morrones y fresas para Estados Unidos.
En general, México representó el 69% de las importaciones de verduras de EEUU y el 51% de las importaciones de fruta fresca de EEUU en 2022, según el Departamento de Agricultura de EEUU.
Entre 2000 y 2021, el valor de las exportaciones hortícolas de México a Estados Unidos se cuadriplicó.
La cerveza está incluida en esas categorías, y una gran parte de los bebedores estadounidenses también podrían enfrentar costos más altos, dada la popularidad de Corona y Modelo, esta última es ahora la cerveza número uno en Estados Unidos.
Las ganancias de México como fuente de importaciones de alimentos de Estados Unidos son el resultado de menores costos laborales (en algunos casos, una quinta parte de los de la remuneración de los trabajadores agrícolas estadounidenses) y una estacionalidad más favorable, lo que significa que, en ciertos casos, los productos llegan más frescos porque se pueden cultivar durante todo el año.
Trump ha insistido en que los países de origen pagarían el costo de cualquier arancel que su administración pretenda imponer. Sin embargo, los economistas dicen que, en la mayoría de los casos, las empresas importadoras (que en teoría tendrían su sede en Estados Unidos) asumirían esos costos y, en muchos casos, los trasladarían a sus usuarios finales: los consumidores estadounidenses.
Mientras tanto, esos mismos economistas siguen dando la voz de alarma de que las propuestas arancelarias generales de Trump, que también incluirían la imposición de aranceles del 25% a las importaciones canadienses y un impuesto adicional del 10% a los productos chinos, reavivarían la inflación. En una nueva nota, los analistas de Goldman Sachs estimaron que los últimos planes de Trump harían que la inflación aumentara casi un 1%.
Sin embargo, los analistas también insistieron en que el anuncio de Trump parece ser más una "táctica de negociación" que una declaración de acción. Cabe destacar que su última declaración, al menos en el caso de China, propuso un nivel arancelario más bajo que el que propuso durante su campaña.
Aun así, los minoristas estadounidenses están asumiendo que Trump no está mintiendo. En una entrevista con CNBC la semana pasada, el director financiero de Walmart dijo que el gigante de las grandes superficies se estaba preparando para precios potencialmente más altos para sus clientes.
"Nunca queremos aumentar los precios", dijo John David Rainey. "Nuestro modelo es precios bajos todos los días. Pero probablemente habrá casos en los que los precios subirán para los consumidores".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en NBC News. Haz clic aquí para leerlo.