Elon Musk tiene predilección por la letra “X”. Llama “X” al hijo que tuvo con la cantante Grimes, del que su nombre real es un conjunto de letras y símbolos. A la empresa que creó para comprar Twitter la llamó “X Holdings”. Su compañía de cohetes es, naturalmente, SpaceX.
Y ahora, al parecer, también pretende transformar Twitter en una “aplicación para todo” a la que llama X.
Recibe las noticias locales y los pronósticos del tiempo directo a tu email. Inscríbete para recibir newsletters de Telemundo Arizona aquí.
Desde hace meses, el director general de Tesla y SpaceX ha expresado interés en crear su propia versión del WeChat de China —una “súper aplicación” en la que pueden hacerse chats de video, mensajería, streaming y pagos— para el resto del mundo. Claro, eso una vez que haya terminado de comprar Twitter tras meses de enfrentamientos jurídicos por el acuerdo de adquisición de 44,000 millones de dólares que firmó en abril.
Sólo hay algunos obstáculos. El primero es que un Twitter propiedad de Musk no sería la única empresa mundial que persigue este objetivo, y de hecho probablemente tendría que alcanzar a sus rivales que ya avanzan por allí. El siguiente es la interrogante de si alguien quiere realmente una aplicación para todo basada en Twitter —o cualquier otra super aplicación— en primer lugar.
Hay que empezar por la competencia y la demanda de los consumidores. Meta, la empresa matriz de Facebook, lleva años intentando hacer de su plataforma estrella un destino para todo lo que hay en internet, añadiéndole funciones de pago, juegos, compras e incluso citas amorosas. Hasta ahora, ha tenido poco éxito; casi todos sus ingresos siguen procediendo de la publicidad.
Google, Snap, TikTok, Uber y otras empresas también han intentado subirse al vagón de las superaplicaciones, ampliando su oferta en un intento por hacerse indispensables para la gente en su día a día. Hasta ahora ninguna de ellas ha logrado imponerse, entre otras cosas porque la gente ya tiene a su disposición varias aplicaciones para comprar, comunicarse y pagar.
“Los viejos hábitos son difíciles de romper, y la gente en Estados Unidos está acostumbrada a usar diferentes aplicaciones para diferentes actividades”, dice Jasmine Enberg, analista principal de la empresa Insider Intelligence. Enberg también señala que las superaplicaciones probablemente absorberán más datos personales en un momento en que la confianza en las plataformas sociales se ha deteriorado considerablemente.