La Corte Suprema de Alabama ha dictaminado que los embriones congelados pueden considerarse niños según la legislación estatal, un fallo que —de acuerdo con los críticos— podría tener profundas implicaciones para los tratamientos de fertilidad.
La decisión se emitió en el marco de dos demandas por homicidio culposo presentadas por tres parejas cuyos embriones congelados fueron destruidos en un accidente ocurrido en una clínica de fertilidad. Los jueces, que citaron una disposición antiabortista de la Constitución de Alabama, dictaminaron que una ley estatal de 1872 que permite a los padres demandar por la muerte de un hijo menor de edad “se aplica a todos los niños no nacidos, independientemente de su ubicación”.
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“Los niños no nacidos son ‘niños’... sin excepciones basadas en la etapa de desarrollo, la ubicación física o cualquier otra característica complementaria”, escribió el juez Jay Mitchell en el fallo mayoritario del viernes del tribunal compuesto totalmente por republicanos.
Mitchell dijo que el tribunal había dictaminado previamente que los fetos muertos mientras una mujer está embarazada están cubiertos por la Ley de Homicidio Culposo de un Menor de Alabama, y nada excluye “a los niños extrauterinos de la cobertura de tal ley”.
LAS CRÍTICAS CONTRA EL FALLO
La sentencia provocó un alud de advertencias sobre las posibles repercusiones en los tratamientos de fertilidad y el congelamiento de embriones, que hasta ahora los tribunales consideraban como una propiedad.
“Esta sentencia declara que un óvulo fecundado, que es una aglomeración de células, es ahora una persona. Realmente pone en tela de juicio la práctica de la fecundación in vitro”, declaró el martes en una entrevista Barbara Collura, directora general de la asociación nacional de infertilidad RESOLVE.
El grupo calificó la decisión de “aterradora para esas una de cada seis personas afectadas por la infertilidad” que necesitan fecundación in vitro.
Indicó que la sentencia plantea una serie de cuestiones a proveedores y pacientes, entre ellas si pueden congelar futuros embriones creados durante un tratamiento de fertilidad o si los pacientes podrían donar o destruir los embriones no utilizados.
Sean Tipton, vocero de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, dijo que al menos una clínica de fertilidad de Alabama ha recibido instrucciones de su hospital asociado de detener el tratamiento de FIV inmediatamente después de la decisión.
La doctora Paula Amato, presidenta de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, dijo que una decisión de tratar óvulos fertilizados congelados como el equivalente legal a un niño o un feto en gestación podría limitar la disponibilidad de servicios de salud modernos.
“Al insistir en que estas dos entidades biológicas tan diferentes son equivalentes legales, el mejor tratamiento de fertilidad de última tecnología no estará disponible para la gente de Alabama. Ningún proveedor de salud estará dispuesto a proporcionar tratamientos si esos tratamientos pueden llevar a cargos penales o civiles”, dijo Amato.
Gabby Goidel, de 26 años, que está en un tratamiento de FIV en Alabama después de sufrir tres abortos, dijo que la decisión de la corte se había tomado el mismo día en el que comenzó a recibir inyecciones diarias antes de la extracción de óvulos.
“En cierto modo me tomó por sorpresa. Sólo podía pensar en eso y era algo muy estresante que escuchar. Escribí de inmediato a mi clínica y pregunté si esto podría interrumpirnos. Dijeron que tenemos que irlo viendo cada día”, dijo Goidel.
Dijo que su clínica sigue prestando tratamiento por ahora, pero indicó que se lo dirán si tienen que cambiar de estrategia.
Goidel dijo haber recurrido a la FIV y las pruebas genéticas preimplantación después de varios abortos naturales relacionados con cuestiones genéticas.
“Sin FIV, yo habría tenido que pasar por varios abortos naturales más antes siquiera de tener una opción de tener mi propio bebé”, dijo.
Los demandantes en el caso de Alabama se habían sometido a tratamientos de fecundación in vitro que dieron lugar a la creación de varios embriones, algunos de los cuales se implantaron y resultaron en nacimientos sanos. Las parejas habían pagado para mantener congelados otros en un almacén del Centro Médico Mobile Infirmary. En 2020, un paciente entró en la zona y extrajo varios embriones, dejándolos caer al suelo y “matándolos”, según el fallo.
Los jueces dictaminaron que las demandas por homicidio culposo interpuestas por las parejas podían proseguir.
Michael Upchurch, abogado de la clínica de fertilidad demandada, el Centro de Medicina Reproductiva, dijo que están “estudiando las consecuencias de la decisión y no tienen más comentarios en este momento”.