El Departamento de Policía de Louisville, Kentucky, despidió a dos oficiales involucrados en los disparos que causaron la muerte de Breonna Taylor en marzo del 2020 mientras descansaba en su cama, incidente que desencadenó protestas en todo el país.
Los detectives Joshua Jaynes y Myles Cosgrove fueron retirados de su cargo el martes, según una carta de la jefa del Departamento de Policía Metropolitana de Louisville, Yvette Gentry.
Cosgrove fue despedido por violar los procedimientos operativos estándar por fuerza letal y no activó su cámara corporal, mientras Jaynes fue retirado de su cargo por dos violaciones relacionadas con su trabajo para obtener la orden de registro del 13 de marzo en la vivienda de Taylor, según Gentry.
Taylor, una paramédica de 26 años que no tenía antecedentes penales, estaba con su novio Kenneth Walker cuando agentes vestidos de civil ingresaron a su apartamento en las primeras horas de la mañana de ese 13 de marzo para cumplir una orden de registro relacionada a un caso de drogas.
Walker, que tenía licencia para portar un arma, llamó al 911 creyendo que la casa estaba siendo invadida por criminales y abrió fuego, hiriendo a uno de los oficiales en la pierna.
Fue entonces cuando la policía respondió al fuego y Taylor murió. Cosgrove disparó la bala que mató a Taylor, dijo el fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron, en septiembre pasado.
Jaynes no estaba en el apartamento de Taylor cuando estallaron los disparos, pero horas antes obtuvo la orden de registro que condujo al enfrentamiento mortal.
Brett Hankison, un exagente de policía de Louisville, fue acusado por un jurado de tres cargos con agravantes relacionados con poner a una persona en peligro.
Hankison fue despedido del Departamento de Policía de Louisville más de tres meses después de la muerte de la joven afroamericana a través de una carta en la que fue notificado de su retiro inmediato del Departamento de Policía.
Hasta ahora ningún oficial enfrenta cargos criminales por la muerte de Taylor.