WASHINGTON - La contienda por la banca en el Senado por Georgia, entre el demócrata Raphael Warnock y el republicano Herschel Walker, se definirá en una segunda vuelta prevista para el 6 de diciembre ya que ninguno logró más del 50% de los votos escrutados, según NBC News.
El 2 % cosechado según las proyecciones por un tercer candidato, el libertario Chase Oliver, empujó en parte a los dos políticos a una segunda vuelta.
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Esta situación no hace más que alargar la incertidumbre para el presidente Joe Biden, quien aún desconoce qué Senado contará durante la segunda mitad de su mandato, que termina en 2024.
NI WARLOCK NI WALKER LOGRARON MÁS DEL 50% DE LOS VOTOS
Los disputados estados de Nevada, Arizona y Alaska tienen la clave, junto con Georgia.
Para la mañana de este miércoles, los demócratas se proyectaban con 48 bancas (contando las 2 bancas independientes que se alían con los demócratas) mientras los republicanos, con 48, según NBC News.
No es la primera vez que Georgia deja en vilo a Estados Unidos. Hace dos años, Biden ganó por la mínima a Donald Trump en Georgia, algo que utilizó el expresidente republicano para denunciar falsamente un fraude electoral y forzar un recuento.
Ese año, además, el escaño del Senado por el estado también tuvo que definirse en una segunda vuelta, que finalmente fue a parar a manos de los demócratas.
Los progresistas querían este martes una noche electoral diferente como parecía indicar la fiesta que organizaron en un hotel de Atlanta, donde muchos sacaron a relucir sus mejores pasos de funky.
Los seguidores del senador demócrata, la mayoría afroamericanos, tenían ganas de fiesta, avivados por los buenos resultados en los núcleos urbanos y la alta participación en el voto anticipado, un mecanismo que los republicanos han intentado limitar en el estado desde que Trump difundió los bulos del fraude electoral.
Georgia es un estado peculiar. Tradicionalmente formaba parte del sur conservador y sistemáticamente se dibujaba de color rojo republicano.
Sin embargo, el crecimiento de la población afroamericana -que representa el 30% en el estado, por encima de la media nacional- y de otras minorías lo ha convertido en un estado bisagra donde ambos partidos tienen opciones.
"Siempre supimos que el resultado sería ajustado. Pero tengo buenas sensaciones", dijo Warnock al comparecer ante sus seguidores al filo de la medianoche, cuando todo apuntaba a una segunda vuelta.
"No he venido aquí a perder", expresó ante sus fieles Walker, quien ha hecho una fuerte campaña contra el aborto a pesar de que dos mujeres lo han acusado de haber financiado su interrupción del embarazo.
De hecho, este candidato ha tenido un desempeño electoral mucho peor al del gobernador del estado, el también republicano Brian Kemp, más distanciado de Trump, quien se proyecta este martes para su reelección con facilidad frente a Stacey Abrams, una reconocida activista de los derechos de los afroamericanos.
Georgia tiene una economía pujante. Es sede de compañías como Coca-Cola, la CNN o la aerolínea Delta, pero también sufre una inflación superior a la media de Estados Unidos, algo que Kemp ha convertido en un arma arrojadiza contra Biden.
Los votantes demócratas acudieron a las urnas con otras preocupaciones, como el acceso al aborto, restringido por una sentencia dede la Corte Suprema.