WASHINGTON DC — La trayectoria de Joe Biden estaba en las boletas electorales el martes, aunque su nombre no lo está. Cualquiera que sea el resultado de las elecciones de mitad de mandato, su presidencia sufrirá cambios profundos.
En público, Biden se mostró optimista hasta el final, al decir a dirigentes estatales del partido Demócrata en la víspera de las elecciones: “vamos a sorprender endemoniadamente a la gente”. Sin embargo, en la intimidad, colaboradores de la Casa Blanca han estado haciendo planes de contingencia para la eventualidad de que los republicanos ganen la mayoría en una cámara del Congreso, o las dos, una perspectiva que le haría la vida “más difícil”, según Biden.
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Los resultados, cualesquiera que sean, ayudarán a reformular el resto del período de Biden después de un bienio ambicioso y lo obligarán a reordenar sus prioridades.
El presidente, que enviaba mensajes por radio a la comunidad negra para alentarla a votar, planeaba pasar la noche en la Casa Blanca, observando los resultados con sus asesores. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que Biden hablará a la nación el miércoles acerca de los resultados, que sin duda serán incompletos en ese momento.
La semana pasada el presidente pidió “paciencia” a los estadounidenses mientras se cuentan los votos y que eviten difundir teorías conspirativas, un mensaje que probablemente repetirá el miércoles acerca de los resultados pendientes.
En sus primeros dos años, Biden logró que se aprobaran leyes para enfrentar la pandemia de coronavirus, reconstruir la infraestructura, enfrentar el cambio climático y elevar la competitividad de la nación por encima de China, todo con la más estrecha de las mayorías legislativas.
Ahora, dicen sus colaboradores y aliados, buscará defender esos avances, aplicar esas leyes enormes —tal vez bajo una intensa vigilancia republicana—, mantener una gobernanza efectiva en un ambiente aún más polarizado y reforzar la posición de su partido de cara a la próxima elección presidencial.
Si los republicanos ganan el control del Congreso, los aliados de Biden se preparan para peleas sobre los fondos del gobierno y el cumplimiento de sus obligaciones financieras, mantener el apoyo a Ucrania y defender sus logros legislativos de los intentos de revocación.
También podría ingresar a las cámaras una hueste de candidatos que Biden ha tachado de amenazas a la democracia por negarse a aceptar los resultados de la elección de 2020, lo cual limitaría las vías hacia la cooperación bipartidista y presentaría nuevos retos para 2024.
El gobierno de Biden se prepara desde hace meses para un alud de investigaciones si los republicanos ganan una o las dos cámaras, elaborando estrategias legales y en los medios para responder a indagaciones desde el retiro caótico de las tropas de Afganistán hasta los negocios de Hunter Biden, su hijo.
Si los republicanos toman el poder del Congreso, afirmó el historiador Julian Zelizer, para Biden sería “muy eficaz enfocarse en su extremismo y volver su nuevo poder en su contra”, según ha demostrado la historia, agregó.