CIUDAD DE MÉXICO - Durante siglos, al llegar diciembre, hay un sentimiento que hermana a mexicanos en el país y fuera de él que incluye a quienes profesan diferentes credos o, incluso, a quienes se reconocen no creyentes: el amor a la Virgen de Guadalupe.
Conocida como "Patrona de América", la fe que inspira la "Morenita del Tepeyac" lleva cada 12 de diciembre a unos seis millones de fieles a visitar su santuario en Ciudad de México.
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De hecho, con un registro anual de más de 20 millones de personas, la famosa Villa de Guadalupe es el santuario mariano más visitado en el mundo, y solo es superado por la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
¿Qué inspira esa devoción a prueba de todo? Aquí te contamos cinco de las razones:
1. IDENTIDAD NACIONAL
Desde 1519, tras la llegada de los españoles a lo que sería Nueva España (hoy México), la Virgen de Guadalupe se convirtió en la figura indiscutible que da origen y cohesión a lo que sería la naciente mexicanidad.
La Madre de Dios sustituyó a dioses prehispánicos en los que el catolicismo no creía y, de una manera pretendidamente amorosa, la figura de la diosa Tonatzin -nuestra madrecita venerada, en náhuatl- fue sustituida por la Guadalupana.
2. APARICIONES ROMPEN BARRERAS
Según los relatos tradicionales, la Virgen María, en su advocación de Santa María de Guadalupe, se apareció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac y le mandó que le dijese al obispo de México, fray Juan de Zumárraga, que le erigiera un templo.
Las apariciones iniciaron el 9 de diciembre de 1531 y hubo tres más antes de que Zumárraga creyera en la señal que le había mandado la Morenita: su imagen plasmada en la tilma de Juan Diego, donde este había guardado decenas de rosas
3. LOS PRIMEROS MILAGROS
La señal enviada por la Virgen de Guadalupe a través de Juan Diego llegó acompañada del primero de sus milagros: la recuperación de la salud del tío del humilde indígena, Juan Bernardino.
Además, la imagen en la tilma que conserva la Iglesia católica mexicana en perfecto estado y ha sido sometida a diversas pruebas para demostrar que no fue producto de manos humanas.
4. IDENTIFICACIÓN Y PERTENENCIA
La Virgen de Guadalupe no era y no es igual a las vírgenes que veneran en Europa y pronto se convirtió en una figura cercana a su pueblo: su piel morena era similar a la de la mayoría de los habitantes de esta tierra.
Además, el ser la representación de una mujer embarazada se posicionó como la madre de todos quienes buscan su protección y consuelo. La devoción por la Guadalupana es tal que se traduce en el catolicismo de los mexicanos: al menos 90.3 millones de los 126 millones de habitantes de México se asumen como católicos, según el Censo 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
5. APOYO DESDE EL VATICANO
La fama y milagros atribuidos a la Virgen de Guadalupe llegaron pronto a oídos de El Vaticano, que los replicó y dio su anuencia para que iniciaran las peregrinaciones al primer santuario edificado en su honor. La primera peregrinación realizada en su honor data del siglo XVI, y el primer papa en hablar sobre ella fue Urbano VIII, quiene en 1644 estableció el 12 diciembre como la fecha para festejarla.
Benedicto XIV la designó como la «patrona de la Nueva España» y en 1910, Pío X extendió su reinado a América Latina, aunque fue Juan Pablo II quien la llamó «patrona de América», de acuerdo con Desde la Fe.
El papa Francisco, en su último viaje a México, acudió a la Villa de Guadalupe y oró en privacidad junto a la imagen de la Virgen.